miércoles, 29 de agosto de 2018

CAPÍTULO 2. KATHMANDÚ. NAMASTÉ NEPAL.

    Con más de un millón de habitantes, Kathmandú es la enorme, bulliciosa y caótica capital de Nepal. Un  caluroso Namasté y un collar de flores nos reciben en el aeropuerto internacional de Kathmandú tras un agotador viaje de cerca de 13 horas, con transfer incluido en Doha, ya podemos irnos acostumbrando pues la amabilidad de los nepaleses pues nos va a compañar durante esta primera semana.


    El primer trayecto en furgoneta hasta el barrio de Thamel nos ofrece la primera impresión de esta ciudad. La verdad es que tras sufrir en mis carnes la realidad de Delhi, Kathmandú me ha sorprendido gratamente. Cierto es que es una ciudad caótica, con un tráfico imposible que se intensifica en ciertas horas del día, ruido por todas partes, pero existe diferencia, las calles se ven más limpias, existe un mínimo órden lógico en el tráfico ¡Aparecen semáforos y policias locales! no se ven excesivos animales sueltos vagando a sus anchas, bien protegidos bajo su condición de sagrados, bien por su situación de abandono.

La megaurbe de Kathmandú desde el cielo
   Thamel, el barrio donde más jugo podemos sacarle al día a día de la ciudad, me recuerda vagamente a Chandni Chowk en Old Delhi, un mercado de calles estrechas y puestos apilados donde se acumulan desordenadas mercancias, souvenirs y productos alimenticios....un desorden de colores, olores y sensaciones que puede llegar a embotar los sentidos rápidamente.

Callejuela típica de Thamel
    Tras asentarnos un poco en el hotel para pasar el jet lag, ducharnos y darnos la primera alegría de comida nepalí (los imprescindibles momos, arroz con verduras, chowmein y una enorme cerveza Everest) estamos listos para comenzar a descubrir los lugares que Siri, nuestro guía, tiene preparados para nosotros.

   Kathmandú acoge principalmente a budistas e hinduistas, sus calles están salpicadas de templos y monumentos propios de una u otra devoción, no quiero utilizar la palabra religión pues creo que con el budismo me columpiaría un poco, pues lejos de ser una religión al uso, más responde a una filosofía de vida, un conjunto de ideas y actos que consiguen que el individuo se aleje de todo rastro de odio, codicia e ignorancia, obteniendo la iluminación y el máximo aprovechamiento de su vida.

BOUDHANATH UN PEDAZO DEL TIBET EN LA CIUDAD

   Boudhanath y sus 38 metros de alto y 100 de circunferencia se han convertido, no solo en uno de los lugares sagrados más importantes para el budismo, también en la stupa más grande de Nepal y un lugar mágico donde observar una estrecha relación entre Nepal y Tibet, pues es uno de los lugares en la ciudad donde mayor respeto existe al budismo tibetano y donde más cudadanos tibetanos podemos encontrarnos. Desde la terraza de un restauranmte cercano nos deleitamos observando a los peregrinos recorrer sus inmediaciones realizando la característica kora en el sentido de las agujas del reloj, recitando mantras y oraciones y haciendo girar sus rodillos de oración.

La gran stupa de Boudhanath
    En el año 1979, la estupa de Boudhanath alcanza la categoría de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se dice que su interior alberga reliquias sagradas. Lo cierto es que es un lugar mágico donde se respira respeto y ceremoniosidad. El precio de la entrada es de 250 rupias.


   Las stupas vendrían a ser para el budismo lo que la cruz al cristianismo. Estas construcciones en forma de montículo presentan ciertas acracterísticas generales que creo importante conocer.
  • La base cuadrada representa la tierra
  • La cúpula hemiesférica por encima de ésta, la bóveda celeste
  • La luna creciente, la unión entre el cielo y la tierra
  • La zona superior cuadrada, el lugar donde residen los dioses
  • Los ojos de Buda pintados en las cuatro direcciones, observan vigilantes al visitante
  • Entre los ojos, lo que pensaríamos que es una nariz, no es más que el número 1 pintado en nepalí, símbolo de la unidad, y encima de los ojos está el tercer ojo, símbolo de la sabiduría del hecho de mirar hacia dentro.
  • Por encima, los cinco budas, representación de las dferentes escuelas del budismo y de los elementos de la naturaleza (cielo, fuego, tierra, agua y aire.)
  • Sobre la base de los ojos, 13 niveles que representan los 13 niveles que hay que superar para alcanzar la iluminación o Nirvana
  • El tejadillo superior manifiesta protección y por encima de él una aguja o pináculo que simboliza el éter y que es donde se encuentra teóricamente Buda.
  • Alrededor de la base los rodillos de oración ayudan a realizar los mantras, el más conocido, el repetido hasta la saciedad Om mani Padme Hum
  • Las banderas de oración de cinco colores (rojo, azul, amarillo, verde y blanco) ondean de forma contínua al viento y ayudan a elevar los rezos impresos en ellas hacia el cielo
   Alrededor de Boudhanath se localizan más de cincuenta templos conocidos como Gompas, lo que le da al complejo un aspecto místico e interesante. Aparte de recorrer con calma cada rincón, con los ojos bien abiertos, de hacer girar con respeto sus ruedas de oración, a mi me pareció muy agradable contemplar desde arriba el deambular de los peregrinos y el ajetreo de los turistas.

   SWAYAMBHUNATH. EL TEMPLO DE LOS MONOS

   Este complejo religioso se encuentra sobre una de las colinas que domina Kathmandú y es uno de los lugares más simbólicos del budismo en Nepal. La entrada al recinto ronda las 200 rupias.

Ls stupa de Swayambunath
    El complejo nos ofrece una gran stupa, un puñado de templos interesantes, un museo, una librería y unas vistas impresionantes de la ciudad desde su mirador. Desperdigados por todo el complejo y campando a sus anchas, los monos, animal sagrado con el que ya nos habíamos pegado en Jaipur.


   PASHUPATINATH. EL FINAL DEL CAMINO

   Para mí uno de los lugares más increíbles de todo el viaje. El complejo religioso de Pashupatinath es el principal templo hindú de Nepal. A orillas del río Bagmati, este lugar sagrado, envuelto en humo y cenizas, es el lugar donde se realizan a diario las cremaciones.

   Si el gath de Manikarnika en Varanasi ya me habñia dejado con la boca abierta (y vimos poco) esta vez la cantidad de emociones ha sido brutal. Como menciono antes, el humo, la ceniza, el olor y el silencio solemne que cubre completamente el ambiente te da la idea de lo que allí está sucediendo.


   Para entrar al reciento debemos pagar 1000 rupias, pero no vamos a poder acceder a todos los lugares. El templo está reservado para los hindúes, y la zona de cremaciones es aconsejable verla desde el otro lado del río. No deja de ser una ceremonia religiosa en la que se despide a un ser cercano y una cámara de fotos no es quizá el mejor acompañamiento a nuestra visita.

Una cremación en directo
    Para poder observar estas ceremonias hay una serie de templos en una zona elevada, desde allí tendremos una panorámica inmejorable del momento. Hay unas seis o siete piras de cremación. A grandes rasgos la ceremonia sigue una serie de pasos: Se acerca el cadaver envuelto al río sagrado y se mojan sus pies. El cuerpo amortajado se coloca sobre unos pilares con madera y el padre o el hijo mayor da una serie de vueltas alrededor del montón con una tea encendida. Finalmente se le da fuego y arde durante unas 4 horas. Una vez finalizado este tiempo, los restos (en el estado de inicineración que estén) se tiran al río. NO ES LO MÁS HEAVY QUE ME HE ENCONTRADO EN ESTE PAÍS, NO DEJA DE SER UNA CEREMONIA DE INCINERACIÓN POR MUY DURO QUE NOS RESULTE VERLA EN PÚBLICO.

   Si las cremaciones ya consiguen ponernos los pelos de punta, Siri y Jimmi (nuestros guías en Nepal y Tibet) nos descubrieron otros tipos de ceremonias que se practican en el budismo tibetano.

   Para ellos el cuerpo no es más que el vehículo del alma, es una carcasa que nos ha dado la Tierra al nacer y que tras morir y abandonarnos el alma queda vacía y es lógico devolverla al medio dónde se formó.

   Una de estas ceremonias es el "funeral celeste" que se celebra en algunas partes montañosas del Tibet, el cuerpo sin alma es rasurado y descuartizado en pedazos pequeños, se separan los huesos de la carne y los huesos y el cráneo son machacados y entregado todo los buitres. Estos animales son considerados por el budismo como sagrados, ya que no matan para alimentarse sino que se conforman con los restos de los cadáveres que reciben.

   Cuando el cadaver corresponde a un niño pequeño, en algunas partes su cuerpo es arrojado a un río para que sea arrastrado hasta un lugar sagrado. En otros lugares se reproduce la ceremonia anterior, descuartizando sus cuerpos y entregándolos, bien a los buitres en las montañas, bien a los perros que habitan la población, si ésta se localiza en una zona llana.

PLAZA DURBAR DE KATHMANDÚ

   Quizá el lugar más emblemático de la ciudad, es un lugar donde se acumulan los tenplos y monumentos, debido a su espectacularidad ha sido clasificada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En sí, la traducción del nombre correspnde a un "lugar de palacios", y palacios vamos a encontrar, y templos y esculturasy columnas y miles de turistas y miles de vendedores d souvenirs que te van a acosar con sus baratijas, primero con una sonrisa, después con insistencia y cuando te vayas sin entrar a sus regateos, te cambiarán la cara y ya no te parecerean tan simpáticos..relájate estás en Kathmandú, déjate llevar por los sonidos, los olores y abre bien los ojos pues en cada esquina te vas a encontrar un fotón.


   Para entrar en Durbar Square durante el día vas a necesitar sacar entrada, 1000 rupias (unos 8.5 euros) existe alguna entrada secundaria por donde te las puedes ahorrar. Por la tarde noche el puesto del gobierno está cerrado y acceder es relativamente sencillo. La realidad es que después del terremoto Nepal ha quedado muy afectado y toda aportación del turismo puede servir para recuperar su belleza anterior, también es verdad que el nivel de corrupción de este país debe ser bastante alto y tampoco es del todo seguro que este dinero que entra de los turistas vaya a ser utilizado correctamente.

 
  

Durbar Square antes del terremoto de 2015

Durbar Square tras el terremoto de 2015
    La plaza Durbar alberga gran cantidad de templos, santuarios, de santones que van y vienen imponiendo sus tikkas, de palacios, pero sobre todo de andamios y obras, pues el país trata de salir adelante de la catástrofe que asoló en forma de terremoto en 2015 y derrumbó muchos de los monumentos más característicos. Es un lugar que merece sentarte un segundo a observar las idas y venidas de la gente, los rezos, las canciones, la música, los olores....


   Uno de los lugares más peculiares es el palacio de las Kumari, y esto es una historia igualmente apasionante y sorprendente. Las Kumari son diosas vivientes veneradas por los nepalies. Se cree que son la reencarnación de la dios Taleju. Existen varias en el valle de kathmandú, la más famosa es la que vive en Durbar Square. Esta niña es escogida tras un ritual bastante minucioso, responde a unas características físicas concretas, a un casta concreta y se mantiene en su posición hasta que tiene su primera mesntruación, momento en que es reemplazada por otra y pasa a vivir como una persona normal, en la medida de lo posible, no debe ser sencillo vivir como una diosa 10 años y entrar de golpe en la cruda sociedad.

El patio y la ventana donde asomará nuestra Kumari
    Las Kumari apenas salen un puñado de veces contadas de su palacio, siempre por motivo de alguna ceremonia. No pisan la calle, no pueden ser tocadas por nadie y se asoman pocas veces por la ventana de su patio.... ¿o se asoman muchas veces? me explico.... La historia cuenta que es muy complicado verlas, que tienes que tener mucha suerte para que tu visita coincida con su presencia fugaz en la venatana... pero me da a mi que todo responde a un pequeño negocio y que se asoma más veces de las que se cuenta...cuando va a asomar, (siempre con una alta asiduidad de visitantes en el patio, curioso) se abre una urna de donativos, se prohiben las cámaras ya queestá prohibido fotografiar  a la Kumari.... se solicita su presencia y la pequeña niña, altanera, sin ningún tipo de emoción en el rostro, se asoma, nos mira con indiferencia durante varios segundos y vuelve a esconderse.... escasos segundos y un buen fajo de billetes para su familia y para proseguir esta rentable tradición.

   Bueno, no nos vamos a poner pejigueras, bviamente no tenemos foto de la Kumari, pero siempre podremos decir orgullosos que un día conocimos a la pequeña diosa viviente. la actual Kumari, la pequeña Trishna Shakya, fue elegida el 28 de septiembre de 2017 a los tres años de edad

Nuestra pequeña diosa Kumari, adorable la verdad

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