martes, 14 de septiembre de 2010

PORTUGAL. BUSCANDO LA CALIDAD DE VIDA

Por primera vez nos planteamos un viaje en el cual primara la calidad de vida antes de la cantidad de cosas vistas. Para ello, la ruta escogida contemplaba el entrar en Portugal por Badajoz, hasta la población de Évora, y salir por Fuentes de Oñoro, desde Aveiro. Total, una semana, tiempo más que suficiente para disfrutar del pais vecino

El día 25, festividad de Santiago, salimos desde Castrillo rumbo a Évora. Una parada intermedia en Salamanca a coger fuerzas y camino a esta población portuguesa, Patrimonio de la Humanidad. Lo que caracteriza a Évora es el conjunto en sí, no edificios concretos, es el conjunto histórico, las callejuelas etc... Sin embargo voy a mencioanr un lugar concreto, La capela de los Ossos en la Iglesia de san Francisco. Una sala compeltamente recubierta por huesos y cráneos, incluso aparecen dos cadáveres momificados colgados del techo...curiosa forma de construir, debía de existir la crisis del ladrillo ya por entonces. Realmente todos los restos corresponden al paso de la peste negra por Europa, se utilizaron huesos de más de 5.000 personas. Todo un lugar oscuro y macabro.

Un bonito pasatiempo al que destinamos parte de la mañana fué a sentarnos en una de las plazas más transitadas a observar el devenir de la gente, con un café fuerte y negro portugués. (Ojo, no conocen la cultura del hielo asique te puedes ver jodido para tomarte un café con hielo)

De Évora vamos buscando la capital lusa, Lisboa. Sinceramente me parece una ciudad oscura y caótica. los atascos que se montan en las horas puntas son alucinantes, debido a que el precio del metro cuadrado es altisimo y la gente vive en los alrededores pero se desplaza a la capital para trabajar. Aparcar se puede hacer imposible, y para un turista casi mejor utilizar la red de transporte público, además los tranvís tienen mucho encanto.

Lisboa tiene mucho que ver y nosotros un tiempo reducido, la Plaza del comercio, la Sé o catedral, el Castillo de San Jorge, el mirador de Santa Justa y algo alejado la zona de Belém, con el monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belém y el Padrao de los Descubrimientos. perderse por las callejuelas del barrio de la Alfama probar los deliciosos pasteles de nata y empaparse un poco del ir y venir de sus gentes y abandonamos la ciudad, que nosotros somos de campo.

Alojados en el camping de Cascais, podemos tranquilamente dedicar tiempo a la playa (la de cascais es una playa para surfistas con mucho aire) Existen playas camino de Lisboa, como la de Carcavelos, más asequibles para el baño. Además la visita a Estoril y su famoso casino y su playa, famosa en las películas de Alfredo Landa de los años 60
 

 De cascais en poco más de media hora te plantas en Cabo da Roca, el punto más al oeste de Europa, el pisar este lugar es algo más simbólico que turístico, porque no hay apenas nada, un faro y poquito más.
  

Seguimos ascendiendo por el país y llegamos a Sintra, parad intermedia antes de llegar al camping de Kiaioos, cerca de Figuiera da Foz. Sintra es otra población patrimonio de la Humanidad, y aparte de su casco histórico , destacan dos monumentos sobre todo el conjunto, el Palacio da Pena y el Castillo de los Moros. Subir andando es una pateada larguisima y cuesta arriba, subir en bus son 5 eurazos que sumados a los 17 que te puede costar la entrada a ambos lugares, pues tu verás...asique lo mejor es subir en coche hasta donde se pueda y aparcarlo lo más cerca posible.

Parada en el camino a repostar, la pequeña población pesquera de peniche nos ofrece dos delicias culinarias, unas sardinas a la parrilla y la deliciosa tarta de Bolacha. mmmmmmmmmmmmmmmmm se te va de las manos¡¡¡¡

Alojados en Kiaioos, con una playa elegante cerca, uno de los días lo dedicamos a acercarnos a la zona de batalha, Fátima y Nazaré. Concretamente el orden de visitas fué: Batalha con su monasterio inacabado y que es una de las siete maravillas de Portugal y como no, Patrimonio Mundial por la Unesco.
   

Las Cuevas de Mira do aire en Fátima, para evitar la masividad religiosa del monasteria de la virgend e Fátima, escogemos esta maravilla natural excavada en roca caliza, muy cerca de Fátima. La entrada son 5 euros y la visita dura 1.30h y es sencillamente increible.

De Fátima avanzamos hasta Tomar, la población de los caballeros templarios y posteriormente de la Orden de Cristo. Nuevamente Ciudad patrimonio de la Humanidad y dos conjuntos históricos destacados: El castillo de Tomar y el Convento de la Orden de Cristo en su interior. Por todos los lados señales y simbolos templarios que dan fe de la carga histórica de este lugar.

Seguimos de ruta y llegamos a Alcobaça y su monasterio. El llegar a este lugar respondía a la curiosidad por concoer la leyenda de Pedro el cruel, rey portugues que, al descubrir a los asesinos de su prometida, 5 años después desentierra el cadaver , monta una ceremonia macabra en la cual, se casa y nombra reina al cadaver de su esposa, la besa en los no-labios, y manda rendir pleitesia a todo el pueblo que debe besarle las falanges (no habria mano supongo). después arranca el corazón a los asesinos, a uno por el pecho y a otro por la espalda y los exhibe en la plaza del pueblo. Todo un ejemplo de amor y enfermedad.

Finalmente acabamos la vista en nazaré, población pesquera, donde se peude cenar un estupendo marisco y pescado, pero que ha sucumbido al turismo, perdiendo a mi entender el encanto.

Siguiente día de excursiones. Bosque de Bussaco, un palacio manuelino reconvertido en hotel de mile strellas dentro de un bosque alucinante con eucaliptos de tamaño descomunal y auténticos y único helechos arborescentes.mmmm, como biólogo aquí (iba a decir que me pude correr del gusto, pero queda más elegante, que lo flipé) una pateada elegante elegante.

Coimbra, ciudad universitaria por excelencia, aunque le dedicamos el tiempo justo para ver su parte más histórica, sus catedrales y su universidad. pasando de la ciudad de los pequenetes y cosillas asi, que las hay. (si se va con canis pues entonces si conviene porque es curioso, aunque yo la vi de pequeño y no recuerdo bien)

La última parada del viaje es Aveiro. nos alojamos en el camping de Sao jacinto, con una playa estupenda con unas olas increibles. Aveiro es otra población pesquera, a la que se conoce la Venecia portuguesa por sus canales y góndolas. Aquí pudimos probar el famosisimo bacalao portugues, y la verdad, no tiene desperdicio.



En definitiva un viaje de placer y calidad de vida, muy diferente a los que acostumbramos y en el que no mandaron las botas sino las chanclas.

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