Un día, solo un día en lo que va a de Semana Santa ha
abierto un poco el tiempo y la lluvia ha dejado paso a un poco de sol. Había
que salir sí o sí, y eso es lo que los lagañosos en bloque hicimos. Pateada
hasta el chorro de Batuecas, 17 kms entretenidísimos, subiendo y bajando
piedras, cruzando arroyos, empantanándonos hasta las rodillas, descalzándonos,
saltando…vamos la cosa elegante y la mejor forma de pasar el Sábado.
La ruta propuesta se localiza en el interior del Parque Natural
de las Batuecas-Peña de Francia, al suroeste de la provincia charra. Para
llegar al Monasterio de las Batuecas hay que llegarse hasta Las Mestas, ya en
la provincia de Cáceres y localidad famosa por los productos vigorizantes del Tio Picho y por ser una buena zona de baño en verano, coger
la carretera que sube el puerto de Batuecas hasta la Alberca y a unos 4 kms de
curvas y curvas veremos los aparcamientos laterales donde tenemos que dejar el
coche. Tenemos la opción desde la Alberca de coger la misma carretera a la
inversa y bajar por el puerto con sus cuuuurvas y cuuuurvas y cuuuurvas…una
experiencia sumamente….mareante.
Entramos en los dominios del Monasterio de San José de las Batuecas, fundado en 1559 y perteneciente a la orden de los Carmelitas Descalzos, que a día de hoy viven aún en régimen de clausura y en el que se acepta a todo aquel que de manera voluntaria quiera pasar un periodo de acogida en oración y silencio (se baraja que Rajoy esté alli escondido, que ultimamente aparece poco)
Desde el Monasterio de Batuecas no es que tenga mucha
pérdida, cogemos la vereda que va bordeando el arroyo, está marcado con
señalización verde y blanca y con pequeños hitos de piedra que nos indican el
camino de una manera sencilla. No es que sea un camino amplio pero se lleva
bien. Tenemos la posibilidad de acercarnos a las pinturas rupestres que se
encuentran a mitad de camino, las del canchal de las cabras pintadas y las del
canchal del zarzalón, que están bien indicadas.
En primavera, con días de lluvia frecuente es fácil que los
arroyos bajen muy crecidos, algunas veces incluso te imposibilitan totalmente
cruzarlos y seguir la ruta. En verano, es mucho más sencillo, pero seguramente
la caída del chorro sea muchos menos impresionante…asique lo mejor es
prepararse para mojarse, llevar calcetines de recambio (doy fe que son útiles
cuando metes el cazo hasta las rodillas) y atreverse a cruzar el arroyo
saltando de piedra en piedra, con el consiguiente riesgo de resbalar y acabar
metido en el agua hasta las rodillas (que pasa hasta en las mejores familias)
El recorrido son 8 kms de ida y 8 de vuelta, con un duro
repecho casi al final, pero bastante agradables, por la cantidad de saltos de
agua que nos vamos a encontrar, por la vegetación (increíbles eucaliptos y
tejos) por la fauna donde el aguila real, la cabra montes y el buitre son las especies más significativas y si estamos en Verano, tenemos hasta la posibilidad de bañarnos en el
charco del Rey, a mitad de ruta.
Como única pega, la masificación de gente que hay en esta ruta
los fines de semana, pero puedes tener la suerte como nosotros ayer, de que el
90% se quede pinzada en el primer salto del arroyo y puedas disfrutar de un
pateo elegante, viendo las cabras que se asientan y te observan
con poco miedo desde los riscos cercanos.
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