Hacía bastante que no pateaba, lo necesitaba ya casi casi como el comer, pero el curro en Pinos Puente me tienen absorbido. Estamos aprovechando estos dos meses por Granada, y esta mañana, soleada del 28 de Mayo, toca salir a mojar y darle gasto a las botas. El recorrido escogido, Los Cahorros, en Monachil, población a 9 kms de la capital.
La ruta es sencillita y bastante atractiva en ciertos puntos. Monachil es algo extraño en si, tiene como si dijesemos tres cascos urbanos, nosotros tenemos que llegarnos con el coche arriba arriba hasta que parezca que nos salimos...alcanzaremos un descampado donde podemos dejar el coche.
Desde este punto, sale un camino que discurre entre huertas y cortijos y que se introduce en el Desfiladero donde se enclava el Río Monachil, que nace en la Veleta (próxima aventura). Llegamos a un cartelón que nos da unas direcciones, podmeos escoger la de Los Cahorros altos y ya regresaremos por los Cahorros bajos, y lo dejamos todo pateado.
Ya observamos las cascadas que caen desde las grandes paredes calizas del estrecho valle en V, estas grandes paredes tienen varias vías de escalada, algunas bastante atractivas...no se porqué no me dió nunca por este deporte, tiene que estar entretenido.
Cruzamos el primer puente colgante, de 65 metros de longitud, debajo unos canis están metidos en plena cascada bañándose, me corroe la envidia, pero un golpe de agua a esa altura....asi están de alboreados los canis por aqui, someten su cabeza a riesgos desproporcionados.
El desfiladero es un camino estrechisimo que rodea las paredes verticales y el arroyo, en ocasiones tan estrecho que necesitamos, arrodillarnos, gatear o pegarnos bien a la pared y ayudarnos de unos hierros a modo de agarraderos enclavados en la pared...la verdad que entre puentes, gateos, saltos, subidas, el tunel de las palomas etc...se hace bastante entretenido.
Dejamos el cañón y llegamos a valle abierto, un nuevo puente colgante y en este punto yo decido abandonar el camino marcado y liarme a subir tojos arribas hasta el cerro más alto de la zona, tardo un poquito pero obtengo una buena panorámica y encuentro el cistus prusii que le faltaba al Mario en el herbario, además recupero el camino más arriba y puedo concluir la ruta circular.
El camino es muy asequible a todo tipo de excursionistas, es más, está plagado de ellos, a veces se hace algo incordio circular detrás de familias con niños a velocidad de scooter en autovia peeeeeeero...merece la pena. Al volver, en el puente colgante del principio tomas la salida a la izquierda y bajas a los Cahorros bajos, pasas varios puentes colgantes más y regresas al pueblo.