Situado 14 km al sur de Antequera,
con unos 12 km2, el macizo kárstico del Torcal fue nombrado Sitio Natural de
Interés Nacional en 1929. En 1989 se recalificó como "Paraje Natural" . Todas
estas figuras de protección han tenido como finalidad reconocer sus importantes
valores naturales: geomorfología, flora, fauna y paisaje. y la existencia de estas figuras nos da una idea de que lo que nos vamos a encontrar no es algo normal...y ciertamente, no lo es.
Si seguimos una de las dos rutas que se encuentran marcadas en este paraje podemos observar que la vegetación característica es de arbustos de escaso porte (romeros, palmitos, escaramujos, euphorbias, genistas, algún acer monspessulanus distraido, vegetación rupícola y mucho chaparro) Fauna con un poco de suerte y mucho silencio, cabra montés, buitre leonado, tejón, rapaces, anfibios y reptiles y pequeños roedores...
Pero, si El Torcal es un
"paraíso" es a causa de su modelado kárstico. El llamativo karst superficial del Torcal de Antequera es el
sorprendente resultado de una combinación de factores típicos, cada uno de los
cuales juega un papel peculiar y tiene un peso específico propio en la obra
final: clima, litología y estructura geológica son esos factores
Hacia el Mioceno medio, (hace entre 16 y 10 m.a, los cambios acontecidos en el cambio entre el Mesozoico y el Cenozoico han barrido la superficie terrestre de grandes reptiles, los mamíferos pastan a sus anchas, los continentes ya han adquirido prácticamente la localización actual, recientemente la placa índica ha colisionado con la euroasiática y ha comenzado a elevarse la cordillera del Himalaya…Jesús Calleja, Edurne Pasabán y Juanito Oiarzabal se frotan ya las manos por ello.
Como consecuencia del empuje entre las placas ibérica y la africana, los sedimentos acumulados son comprimidos, deformados y fracturados hasta emerger en un lento y continuado proceso que aún se mantiene. (El Levantamiento de las Cordilleras Béticas y los Pirineos entre otros orógenos peninsulares) El plegamiento dio lugar a estas sierras, cuyas cumbres adoptaron, con frecuencia, forma de "champiñón". Más tarde, una serie de fracturas generaron grietas y fallas; la erosión y hundimiento de dichas grietas ha producido lo que llamamos hoy día callejones o "corredores
Una vez emergido el relieve, la acción prolongada de los agentes meteorológicos como el agua, el hielo y el viento sobre las calizas, modeló el espectacular paisaje kárstico.
Las últimas épocas frías cuaternarias ocasionan unos fenómenos periglaciares, como la crioclastia, de gran trascendencia. Asimismo, las calizas del macizo han permitido, por sus distintas texturas y contenido en carbonatos, una acción diferencial de los agentes externos (disolución diferencial y, quizá acción eólica) sobre los estratos, de características alternantes y bien definidos en la parte alta del macizo.
Hay que destacar la frecuencia de
horizontalidad en los estratos de roca, hecho que no es habitual en las
montañas calizas andaluzas. Esta horizontalidad queda acentuada con la erosión,
apareciendo una disposición rítmica de los estratos generada por erosión
diferencial al encontrarse alternadas calizas con distinta concentración en arcilla (el ejemplo más claro es el Monumento Natural de "El Tornillo".
Debido a todo ello, observamos un relieve muy accidentado, plagado de
dolinas, corredores kársticos, portillos, conjuntos de bloques desordenados,
piedras caballeras y otras formas residuales, que conforman un verdadero
laberinto difícil de transitar y, al mismo tiempo, de gran belleza
plástica.
Aparte del paisaje exokárstico que todos podemos
apreciar con una simple mirada, tenemos que tener en cuenta el sistema
endokárstico característico en este tipo de terrenos y que en El Torcal se traduce con más de un millar de simas y cuevas
formadas por la disolución de las calizas.
Las formas endokársticas aparecen en el interior del macizo calcáreo
como consecuencia de la acción del agua infiltrada desde la superficie. Debido
a la circulación del agua se originan cuevas, grutas y grandes oquedades. En
ellas suelen aparecer simas, que son
conductos verticales en el interior del macizo calcáreo. Junto con las simas,
las galerías (conductos horizontales)
forman una intrincada red.
Cuando se desprende parcialmente el techo, se forman galerías de grandes
dimensiones, llamadas cavernas. Los
depósitos de sales minerales (principalmente, carbonato cálcico) que se forman
en las cavidades, se denominan espeleotemas, de los que hay varios tipos. Las estalactitas son depósitos de carbonato
cálcico que cuelgan del techo de galerías y cavernas. Las estalagmitas son
depósitos que se forman en el suelo como consecuencia de la caída de gotas
desde el techo.
Cuando una estalactita y una estalagmita se unen se forma una columna. Las cortinas, otras estructuras muy espectaculares propias de las
cavernas, se forman como resultado del movimiento del agua por un techo.
En esta visita no vamos a contemplar este tipo de formaciones pero no
muy lejos de nuestro centro tenemos un claro ejemplo en las Cuevas de Nerja,
que pueden ser visitas en los meses de verano. Otras formaciones en Andalucía,
la Cueva de los Murciélagos en Zuheros o la Cueva de las Maravillas en Aracena.
Yo personalmente, que soy más del Norte os recomiendo visitar si visitáis
Asturias, las Cuevas del Soplao, las únicas en la Península que presentan
formaciones de espeleotemas excéntricas (las formaciones normales son
unidireccionales, hacia arriba o hacia abajo, las excéntricas son como una
fiesta de deposición de carbonato cálcico en las que se dan todas las formas y direcciones
posibles)
La formación de estas estructuras es un
proceso muy lento que requiere de mucho tiempo y unas condiciones muy
concretas. Algunos estudios realizados cifran la formación de una estalactita
de 40 cms en nada más y nada menos que 15.000 años. ¡¡¡Como para que venga el
gracioso de turno a arrancarla para tenerla en casa cogiendo polvo!!!
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