A ver si consigo recordar todos los detalles de este viaje, porque hace de ello creo que dos años....pufff dos años sin viajar al extranjero, es pensarlo y me pongo malo...que mono¡¡¡ a ver si se da bien el puente de Andalucía y conseguimos salir de la Península (Portugal no cuenta como viaje al extranjero....)
Este nuevo interrail nos llevó a los cuatro mochingolos (Laura, Pablo, Cris y yo) a recorrer el sur de Alemanía, más concretamente la idea trabajada era patear la Selva Negra, aunque metimos una ciudad importante como Munich y una visita especial como el Campo de Concentración de Dachau, del cuál ya he hablado en un post anterior.
El avión de Madrid nos deja en Frankfurt (viajar con una aerolinea que viene de sudamérica reporta ventajas, a todo lujo con tentempie y monitores individuales para ver una película, jugar a un videojuego etc...) En Frankfurt no hacemos más que llegar y meternos en un tren para llegarnos a una población cercana en la que existe una hamburguesería que bien pudiera rozar la vascosidad, por lo enoooooooooooooooorme que es todo...para muestra un botón... La localidad se llama Hofheim y el restaurante en cuestión Waldgeist...no es caro para lo que te dan de comer...creo recordar que tuvimos hamburguesa envuelta en papel albal para dos días.
Desde allí inmediatamente a Munich en un tren nocturno, con lo que juntamos casi 36 horas sin dormir. Alojarnos en Munich en un backpakers lleno de pulgas (literal, porque nos salió gratis debido a este incidente) y aprovechamos para ver primero el Campo de Concentración en la cercana localidad de Dachau. No menciono ada porque está todo relatado en su entrada.
Después de una siesta, más larga de lo deseado para alguno (yo) más corta de lo necesario para otros (ellos) con tensión por las horas perdidas de mi vida en una litera viendo las horas pasar y escuchando los suspiritos de estos tres angelitos narcolépticos, visitamos Munich incluida la gran cerveceria Hofhbraus..donde Hitler comenzó sus primeros mítines racistas en 1933 y donde se sirven miles de litros de cerveza al día en enormes jarras de 2 kilos de peso y por orondas alemanas vestidas típicamente...genial el sítio.
De Munich, nos desplazamos a Fuseen, puerta de entrada a la Selva Negra, y lugar donde encontramos los castillos idílicos del rey Loco, principalmente Neuswansteinn...el castillo en el que se basó Walt Disney para crear el suyo de Disnelylandia. Subir es una pasada si no eres un mochingolo, te dejas pasar el último autobus y te tienes que meter en un taxi con las horas de claridad pegadas al culo. Desde la parada del taxi hacemos una ascensión de 1 hora en aproximádamente 20 minutos y saltan algunas chispas ya entre nosotros. A pesar de que nos avisan de que va a anochecer y es peligroso, llegamos al puente de Marienbruck, contemplamos la mejor vista del castillo y dejamos allí un candado que habrá que recuperar algun día.
Pasamos el resto del día (o la noche, porque son las 5 de la tarde y ya no hay un alma por la calle) escanciando cerveza alemana en el albergue...tirada de precio.
Nos movemos por la selva negra para alojarnos en friburgo, tras una breve entrada en Suiza para hacer un trasbordo, paseamos alrededor del lago Constanza etc...un viaje agradable lleno de confusiones de trenes y retrasos. Friburgo es una ciudad encantadora, que nos permite movernos a poblaciones cercanas manteniendo alli el cuartel general.
En el albergue conocemos a Pamela, una argentina que se anima a venir con nosotros, pero que creo que jamás volverá a fiarse de un español, porque no dimos una a derechas el día que estuvimos con ella. Desde Friburgo y aprovechando diversos medios de transporte conocemos pueblecitos típicos como Triberg, sus cascadas y sus relojes de cuco gigantes o Totdnau y sus cascadas enorme. Hubo muchas paradas y muchos pueblecitos típicos y llenos de cosas curiosas, pero se nubla ya mi memoria.
Desde Friburgo acabamos el viaje establecidos en Heidelberg, nos reciben con una gran cerveza de bienvenida asique....qué mejor manera de acabar? Esta ciudad la aprovechamos para hacer las últimas compras, relajarnos y....patear casi dos horas en plena noche buscando cerveza barata....ENFERMOS¡¡¡¡
Seguro olvido mil anecdotas y momentos, que estando nosotros cuatro serían muchos...Otro viaje especial, lugares espectaculares y gilipolleces varias.
Desde Frankfurt y con la depresión característica, nos recogemos de vuelta a España esperando no tardar mucho en volver a meterle caña a las botas
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