Suiza es un pequeño país, gobernado por los Alpes, por una calidad de vida muy superior a la del resto de Europa..es el país del chocolate, de los relojes rolex, de los cochazos por las calles, de las vacas moradas de Mylka, y un país que pese a ser caro como como un demonio, es una experiencia muy gratificante.
Desde Madrid salen aviones relativamente baratos hasta Ginebra, es la primera ciudad a la que se encaminan nuestras botas. En el mismo aeropuerto una sorpresa curiosa, compartimos avión con Oscar Sevilla, ciclista relacionado con la operación puerto..Muy agradable con nosotros.
No voy a detenerme mucho con las tres ciudades grandes que pateamos (Ginebra; Berna y Basel) entre otras cosas, porque son urbes, que si que tienen sus cosillas, pero la razón para acercarse a Suiza yo creo que es la montaña.
Ginebra es la segunda ciudad más grande, desde la estación baja una calle hasta el lago Leman, famoso por su gran chorro de agua, se accede a su casco histórico también muy curioso. Si Salzburgo tiene a Mozart Ginebra tiene a Calvino, y sobre este personaje se asienta parte de las atracciones turísticas en esta ciudad. El nivel de vida es altisimo, te quedas con la boca abierta por ls calles. Además Ginebra es famosa por el gran número de organizaciones internacionales que tienen su sede en esta ciudad: entre otras, la central europea de Naciones Unidas (ONU), el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Alto Comisariato de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN).
Berna es la capital federal de Suiza. Turisticamente es muy reducida, un breve paseo de 1 hora circular y ya te la tienes toda vista. Sus calles centrales son muy tipicas y curiosas, su catedral, la torre del reloj y el foso de los osos...el oso es el animal representativo de este cantón, y tienen un foso donde tienen osos vivos, que es una de las atracciones de la ciudad. En Berna nació y desarrolló su Teoría de la Relatividad, el gran Albert Einstein.
Basel, la tercera gran ciudad que visitamos (nos dejamos Zurich para otra ocasión) tiene fama de ser una de las ciudades más cultas de Europa y se ve por el alto número de museos y monumentos.
Sin embargo la parte más apasionante de este viaje, comienza en una pequeña localidad Interlaken, en la falda de los Alpes y entre dos lagos (de ahí su nombre) Existe un albergue que recomiendo Happy in Lodge, barato y con su bar en la planta baja...muy muy agradable.
La excursión que planteo (aparte de patear los alrededores, que dan para mucho) es la subida al Jungfrau. (3454 metros) uno de los picos más altos, la verdad es que subir en tren de cremallera es caro, (¿qué no lo es en Suiza?) podemos subir hasta arriba y flipar con el paisaje, o quedarnos en cualquier parada intermedia y hacernos una idea. Nosotros nos quedamos en Grinderwald, una mañana nevada, nos perdimos las vistas por el cielo cubierto, pero es una autentica pasada. La subida al Jungfrau es uno de los trayectos más asombrosos de este país, y desde allí pueden hacerse múltiples rutas de senderismo de mayor o menos complejidad.
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