Como es el primer post que subo, lo voy a hacer sencillito y ya me iré metiendo en faena.
La reserva natural de la Garganta de los infiernos, es un espacio natural protegido situado al norte de la provincia de Cáceres, en el extremo occidental de la Sierra de Gredos. La reserva está comprendida entre la vertiente noroeste de la Sierra de Tormantos, la vertiente suroeste de la Sierra de Gredos y el río Jerte. Situada en cabecera de la comarca del Valle del Jerte, es la puerta de entrada a la Comunidad autónoma de Extremadura, desde la provincia de Ávila.
Salimos desde la Herguijuela, siguiendo las indicaciones del TomTom, nos metemos por la carretera de Lagunilla para llegar hasta Hervás. La carretera es mortal, curvas y recurvas, vueltas y vueltas de 180º, muy bonito el paisaje pero es una experiencia para tener mucha paciencia, sin embargo los ánimos están al máximo y la cosa pasa sin más.
En aproximádamente 1.30 h nos plantamos en Jerte, municipio que le da el nombre al valle, famoso por sus cerezos, que en otra época del año deben darle al valle un espectacular colorido blanco, muy apreciado por los turistas, y prólogo de un mes de junio intenso en la recogida de la cereza para todos aquellos que sufrimos este tipo de herencias agrícolas. (se venden cerezas a a precio interesante y competitivo en el mercado, razón: en este blog)
El centro de interpretación de la Reserva está a 1 km aproximádamente de Jerte. En este centro puedes hacerte con un mapa detallado de cada ruta que está señalizada en la zona, la verdad que puede ser de gran utilidad, para esta ocasión y para sucesivas visitas a la zona. las opciones son muchas y de diferentes duraciones, por si vienes solo, con la familia, niños pequeños o con el Edguillar y el Pablo.
Nosotros optamos por comenzar a andar hacia los Pilones, que es la zona concreta que me había llamado la atención (el tuenti ha destrozado muchas vidas sociales pero puede aportar información valiosa) y que es el motivo de esta escapada. Caminamos durante 2.5 kms, entre robles y castaños por una senda bien señalizada y que tira ligeramente hacia arriba, con abundante paso de senderistas, y nos plantamos en la zona de los Pilones...simplemente espectacular.
Como la visión nos atrae tanto, dejamos las cosas en una zona y nos lanzamos a bañarnos, sin más, a ciegas, dejándonos caer a un pilón sin saber si cubre mucho o poco....por suerte la profundidad permite tirarse con tranquilidad, el agua está perfecta y el baño es simplemente perfecto. Un poco más arriba de donde comenzamos el baño, existe un alto (aproximádamente 7 u 8 metros) desde el cuál se puede tirar la gente, y la verdad que acojona verlo, acojona mirar desde arriba y cuando te estás tirando estás redactando mentalmente tu testamento, pero la entrada en el agua y el comprobar que no te has quedado quintuplejico, simplemente se te sube la adrenalina cosa mala¡¡¡
Timbis al agua |
Después de coger fuerzas con una espectacular tortilla, ebutido de Cele y raciones individuales de la UME de León (lo de las Unidades Militares del Ejercito es algo aparte, da gusto) nos ponemos a caminar siguiendo la senda que va hacia el puente Nuevo o de Carlos V. La idea es completar la llamada Ruta de la Garganta de los Infiernos, de 16 kms y dificultad moderada. Sin embargo, llegamos a una dicotomia no señalizada ¿hacia arriba o hacia abajo? Siempre hacia abajo, sugiere la voz de la experiencia...y nos desviamos completamente de cualquier tipo de camino señalizado, comenzamos a atrochar monte y llegamos al arroyo. Como en estas situaciones, el que lidera debe demostrar seguridad y ningún tipo de duda en sus decisiones, comenzamos a seguir el arroyo hacia arriba, para después abandonar todo tipo de horizontalidad y liarnos a subir una montaña, entre escobas, jaras, romeros y zarzas...sin ningún tipo de seguridad, pero con una fe ciega en las decisiones. y como el que pide recibe, el que busca encuentra y el que cree será recompensado en la otra vida, aparece de nuevo el camino y dejamos de hacer el cabra por un rato.
Tras un nuevo baño, el regreso al coche y un refrigerio en el bar del centro de interpretación, volvemos contentos pero agotados a la sierra. El regreso pasamos del TomTom y lo hacemos cruzando el jerte por Navaconcejo, dirección plasencia, para coger la autovía a Hervás, la misma duración pero la mitad de curvas.
Muy buen blog, ya me pasare por aquí frecuentemente.
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